Un jugador profesional de póquer deja un rastro de inversores desolados tras fracasar su empresa de apuestas deportivas. Esto hace temer una mala conducta financiera similar a un esquema Ponzi. Marley Wynter, fundador de House of Sport, desapareció al hundirse su empresa y dejó tras de sí una comunidad de inversores desilusionados.
Dinero de Monopoly y preocupaciones crecientes
Wynter, famoso por su habilidad como jugador de póquer, se dirigió específicamente a los inversores iniciales de la comunidad del póquer. Organizó y patrocinó seminarios y eventos de póquer, que utilizó como coto de caza para posibles inversores.
Inversores como Nicky Hotop, que inicialmente invirtió 13.000 dólares y, al parecer, vio cómo los beneficios se disparaban hasta los 95.000 dólares, se vieron incapaces de retirar sus fondos ante las crecientes sospechas.
Craig Abernethy, jugador de póquer, se enteró de las promesas poco realistas de Wynter y decidió investigar. Planteó desde el principio su preocupación por la opacidad de la empresa y las falsas afirmaciones de donaciones benéficas. Por ello, expuso el posible fraude a través de una campa?a en las redes sociales. Abernethy calcula que más de 3 millones de dólares procedentes de 79 inversores fueron a parar a House of Sport, con unos beneficios prometidos que supuestamente superaban los 40 millones de dólares. Estas cifras se califican como “dinero del Monopoly” y “píxeles en una pantalla”.
A pesar de los esfuerzos de Wynter por tranquilizar a los inversores y devolver esporádicamente los fondos, House of Sport cerró abruptamente el a?o pasado. Wynter desapareció antes de que se pudieran presentar demandas judiciales.
El abogado Brent Stowers representa a 11 antiguos inversores, que pretenden recuperar más de un millón de dólares. “Se les ha mantenido en la oscuridad, proporcionado información falsa y prometido y prometido sin cumplirlo”, declaró Stowers.
Acciones legales y esperanza de justicia
El proceso judicial ha culminado con la condena de un tribunal de Queensland a Wynter a pagar 4,8 millones de dólares australianos (3,2 millones de dólares estadounidenses) por las acusaciones de estafa piramidal.
A pesar de la sentencia judicial, Abernethy se muestra escéptico sobre recuperar los fondos perdidos. Aun así, prevé que la sentencia impida a Wynter estafar a otras personas en el futuro. “Lo que hizo Marley fue una vergüenza y ha arruinado la vida de mucha gente”, dijo. “Aunque no creo que haya ninguna posibilidad de recuperarlo, espero que al menos las víctimas puedan superarlo y seguir adelante con sus vidas, sabiendo que este tipo no volverá a estafar a nadie nunca más”.
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